La peguera
LA SELVICULTURA
Los orígenes
Debido a la aparición de la agricultura a partir del Neolítico, mucha superficie forestal fue roturada y dio paso a cultivos, praderas y pastizales. A partir del siglo XVII empezó a temerse la continuidad del aprovisionamiento de madera y leña, debido a los abusos, guerras, roturaciones y sobrepastoreo.
En el siglo XIX se acentúa la preocupación por la conservación de los bosques coincidiendo con la experiencia en cuanto a métodos y técnicas de manejo que se estaban desarrollando en Europa, especialmente en Alemania. A raíz de esto se crea en 1848 la Escuela de Ingenieros de Montes, en Villaviciosa de Odón (Madrid).
La Selvicultura es la ciencia que estudia el cuidado del bosque con el objeto de garantizar que suministre de forma permanente los productos y beneficios que la sociedad demande.
Los tratamientos selvícolas son una herramienta que permite modificar el bosque buscando unas producciones específicas (madera, leña, frutos, etc.) y encaminar su futuro desde el punto de vista de la conservación, la protección, la calidad paisajística o la recreativa.
El desarrollo natural de la masa no garantiza que las especies vegetales que queden en pie sean los mejores, por lo tanto, aquel monte en el cual no se han realizado tratamientos selvícolas no va a proporcionar unos beneficios del mismo modo que uno bien gestionado.
Fuente: Atlas Forestal de Castilla y León
Los tratamientos selvícolas, llamados también tratamientos culturales, pueden desarrollarse sobre el suelo o sobre el vuelo.
Tratamientos culturales sobre el suelo
Como tratamientos sobre el suelo podemos nombrar los gradeos o laboreos superficiales, que tienen la finalidad de mejorar la estructura y capacidad de retención del agua en el suelo, acelerar los procesos de mineralización del humus, o romper el tapiz herbáceo para favorecer la regeneración.
Fuente: Atlas Forestal de Castilla y León
Tratamientos culturales sobre el vuelo
Las tareas selvícolas directas sobre la vegetación se centran en la eliminación selectiva, bajo criterios técnicos de los individuos menos interesantes del rodal forestal, estas se denominan limpias, claras y clareos.
Limpias: eliminación de la vegetación que hace competencia a las especies principales a la vez que mejora la producción pascícola y disminuye el riesgo de incendio, también se denominan desbroces.
Fuente: Atlas Forestal de Castilla y León
Clareos: aquellas tareas en las que se eliminan los pies defectuosos o peor conformados atendiendo a un fin de regular tempranamente su composición, densidad y calidad.
Fuente: Atlas Forestal de Castilla y León
Claras: en ellas se extraen pies maderables en sus etapas intermedias de desarrollo, con el objetivo de favorecer el crecimiento de los individuos o especies más interesantes, de manera que cuando se alcance la edad de madurez sea una masa sana, vigorosa y de calidad, con las condiciones de densidad adecuadas.
Fuente: Atlas Forestal de Castilla y León
Los tratamientos sobre el vuelo se complementan con las podas, en las que se cortan ramas vivas o muertas del árbol atendiendo a distintos criterios y técnicas, para aumentar la calidad de la madera, incrementar la producción de fruto, mantener el aprovechamiento de leña, disminuir el combustible ante el riesgo de incendios o mejorar su estado sanitario.
Fuente: Atlas Forestal de Castilla y León
La realización de estos tratamientos genera unos residuos, ramas en su mayoría, que dependiendo de la tradición, acceso al monte o fin, se recogen o trituran, pero en ningún caso se abandonan ya que ocasionan problemas frente a incendios forestales, plagas o enfermedades.
Fuente: Atlas Forestal de Castilla y León
Cortas de regeneración
Se aprovecha una parte importante de los árboles del rodal adulto, al mismo tiempo se abren claros en el bosque en los que se crean oportunidades para una nueva generación de árboles.
Hay tres grandes tipos de tratamientos de regeneración: Cortas a hecho, Aclareo Sucesivo Uniforme y Entresaca.
Fuente: Atlas Forestal de Castilla y León